viernes, 1 de octubre de 2010

Los rascacielos

Los rascacielos son una especie vegetal, que podemos clasificar dentro de los árboles, pertenecientes a su vez, a la familia de los edificios. Crecen generalmente en los suelos asfaltados de las ciudades, producto del riego artificial a través de cloacas y cuidados permanentes, que debe realizar un jardinero especializado en edificios, conocido con el nombre de encargado, que lo riega todas las mañanas y cuida los detalles de este inmenso árbol con la misma dedicación que quienes cultivan bonsáis, pero con el objetivo opuesto.

Estos gigantes del reino de las plantas no proporcionan ningún fruto comestible, o que pueda emplearse para la medicina u otros usos, y su tala es muy costosa ya que son muy complicados de derribar. Sin embargo son considerados de gran beneficio para el ecosistema urbano.

En primer lugar, sirven de hábitat de distintas especies animales, como el ser humano y algunos insectos que se instalan en las cavidades existentes en el interior de del tronco. También es común hallar, en las pequeñas y uniformes ramas de forma rectangular, alineadas vertical y horizontalmente entre ellas, que algunos poseen, otras especies de plantas.

Pero el beneficio principal de los rascacielos es el de aliviar la picazón a los cielos, producida por los gases contaminantes del ambiente citadino, a los cuales el firmamento es alérgico.

En la actualidad, la cantidad de estos majestuosos árboles es cada vez mayor, siendo de tal importancia que han llegado a ser motivo de enfrentamientos bélicos.

El problema comenzó con la invención de un sistema moderno de tala, que permitiría utilizarlos para la industria maderera. Este sistema revolucionario creado en medio oriente, por medio de la utilización de aviones comerciales y leñadores suicidas, creó un grave conflicto con los Estados Unidos. Según explicó el ex - presidente norteamericano, tendría que ver con que una empresa afgana, comenzó la tala ilegal de rascacielos en la ciudad de Nueva York. Otros más osados sostienen que tan solo es una guerra por el dinero, y que EE.UU. pretende apoderarse de esta nueva y multimillonaria técnica de tala.



Agustin Ariztegui

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