lunes, 27 de septiembre de 2010

El buen policía

Todavía era de noche cuando llegué a su habitación, esto aún me lastima la conciencia, ya que de haber llegado unos momentos antes me habría visto cara a cara con el asesino. Su reloj de pulsera estaba roto y marcaba las 5.37 de la mañana, murió mientras la luna seguía alumbrando las calles, aunque sea unos minutos antes de que amanezca. El inspector general Fontaine tuvo serias dudas al asignarme este caso, todo porque yo conocía a la victima cuando estaba viva. En la policía tenemos ciertos códigos de los cuáles uno de ellos es evitar que los lazos personales se mezclen con el trabajo, pero Fontaine me conoce hace mucho tiempo y sabía que aunque no me asigne el caso yo me las habría ingeniado para investigarlo de todos modos. Prefirió darme el derecho de hacerlo por las buenas y sin inconvenientes. Al fin y al cabo soy un buen oficial que siempre cumple con su deber.

Martin era un amigo muy cercano de mi hermano, que conocí gracias a este último. Era una persona de hábitos no muy comunes, digamos raros, no de una manera sospechosa sino que se pasaba la mayor parte del día durmiendo y vivía por las noches, pero en mi cabeza no podía encontrar ninguna razón para que alguien estuviera interesado en matarlo. Trabajaba en una pequeña talabartería del centro que no debía recibir más de 3 clientes al día, tenía buena relación con su jefe y hasta donde yo sabía con su familia y amigos. Recuerdo que teníamos muchas cosas en común, nos gustaban prácticamente los mismos libros y películas, ambos simpatizábamos por Boca Juniors y nos gustaban más las morochas que las rubias. En fin, nada de lo que se me venía a la cabeza me llevaba a algún posible motivo de su muerte, por lo tanto vi que tenía que concentrarme más e investigar detenidamente el caso. Decidí averiguar que había sido de su vida en la última semana (que por cierto no tuve contacto alguno con él excepto una llamada de un minuto) y si podía sacar algún dato importante de la escena del crimen.

Encontramos su cuerpo tirado en el living, con un disparo mortal en la cabeza. Su reloj se debe haber roto en la caída, ya que por lo visto su cuerpo cayó sobre el brazo. La policía se enteró de su muerte por una llamada anónima, de una persona desesperada. Que la llamada haya sido anónima me pareció realmente muy extraño, por lo que deduje que el asesino seguramente la había efectuado, la razón de esto no la pude confirmar pero seguramente fue una movida estratégica para distraernos o simplemente por un fuerte cargo de conciencia.

El primero en llegar fue un oficial que de jueves a domingo patrulla esa cuadra, a 2 casas del edificio de Martín hay un bar muy concurrido y popular que requiere vigilancia, el segundo en llegar fui yo, que casualmente estaba circulando por la zona, venía de reconocer un cadáver en la morgue (un accidente de autos, una niña falleció, muy triste, no lo merecía). La única pista concreta era la bala de magnum 42 que retiraron los médicos de su cabeza. La teoría del suicidio fue la primera en ser descartada, no había armas en la casa y la posición final del cuerpo hacía imposible que Martín sea su propio asesino. Lo más llamativo era la desaparición de su documentación, dimos vuelta la casa sin encontrarla. Conociendo a Tincho la pudo haber perdido hace meses en cualquier lugar de la ciudad, sin embargo me llamaba la atención. En el departamento la entrada estaba intacta, por lo que deduje que el asesino contaba con la confianza de Martin o bien tenia directamente una llave, lo cual era dudoso. Me estaba enfrentando a una gran mente criminal o bien con alguien que se movía dentro del círculo de conocidos de Martin, alguien oculto debajo de mi nariz.

Como ya mencioné anteriormente, la última vez que tuve noticias del asesinado fue hace unos días, con la breve llamada. Estoy empezando a pensar que esa llamada fue de vital importancia para el caso. Me llamó por la tarde, estaba muy acelerado y emocionado. Simplemente dijo: Me voy a Inglaterra, todavía no lo puedo creer, en persona te cuento bien, pasate dentro de dos días por casa a tomar unos mates adiós. Cortó al instante sin darme chance de contestarle. Sentí un gran enojo hacía Martin, llamarme de esa manera para contarme algo tan importante pero no me dejo ni hablar, además de que se había robado mi idea, sí, era mi idea hacer un viaje para conocer Inglaterra, una cultura que yo siempre admiré y se lo hice saber a Tincho, no sé para qué, me estoy arrepintiendo ahora. Él ya me había comentado que andaba con ganas de hacer un cambio en su vida, estaba aburrido de la monotonía de su aburrido trabajo y de las personas con las que compartía. Mencionó que quería hacer un cambio radical en su vida. Nunca me imaginé lo del viaje, además de que siempre andaba con ideas sueltas, de las cuales no cumplía ni la mitad, por lo que no le di mucha importancia.

Después de haber cortado con Martin llame rápidamente a mi hermano, para ver si sabía algo de lo que me había comentado nuestro amigo. Lo escuché bastante sorprendido por la noticia, no sabía nada del viaje, pero lo que sí me pudo comentar es que le parecía raro que no me haya invitado, ya que conocer las tierras británicas era mi gran sueño, y Martin lo sabía.

Fontaine me llamó al día y medio después de empezada la investigación, me preguntó si había averiguado algo. Le expliqué lo del viaje a Inglaterra y mi teoría de que ese viaje era lo único que no me cerraba del caso, que seguramente tenía alguna relación con el asesinato. Después de describirle la situación general decidí comentarle a quienes tenía como sospechosos. No sé bien porque le dije lo que le dije, pero le comenté que tenía dos posibles asesinos. El primero era mi hermano, por ser una de las personas enteradas del viaje, naturalmente el otro sospechoso era yo. Me dijo que estaba diciendo tonterías, que cometió un gran error al darme el caso desde un principio. Sin embargo sé que llamé su atención. Conociéndolo desde hace años se lo que hará. Por precaución me vigilará a mí y a mi hermano, y revisará nuestros respectivos hogares.

No me debe quedar mucho tiempo, seguro ya revisaron la casa de mi hermano por lo que voy a ir cerrando esta carta. Durante los dos días que tuve entre que recibí la llamada de Martín y lo fui a visitar a su casa no pude dejar de pensar lo injusta que era la vida. Yo que trabajo todos los días como un burro, trabajando en casos horribles que no me dejan dormir, y para colmo por un salario de cuarta, mientras que Martin vivía a contramano del mundo, acomodado por su familia en un trabajo que no le exigía ni 6 horas diarias. El tenía la posibilidad única de hacer un viaje, y no solo un viaje sino que cuando lo vi cara a cara me contó que se mudaría para allá, que una tía suya le daría trabajo y un techo. Ni bien escuche eso perdí el control. Soy policía y cumplí con mí deber, pero no con la ley, tan solo quise terminar con un acto de injusticia. Al lado de esta carta encontraran una magnum 42, con el cargador casi lleno, le faltarán dos balas. También encontrarán un pasaje de ida a Londres con documentación falsificada. Pensé en usar el pasaje pero recordé nuevamente que era policía, y debía cumplir con mi deber de acabar con el asesino.


Bruno Volpe

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