lunes, 7 de junio de 2010

Plaga de fotógrafos.

Comúnmente se considera como fotógrafo a aquel que posea estudios realizados en la materia (fotografía). Se puede decir hoy en día que todo aquel que posea una cámara fotográfica es fotógrafo; o bien que cualquiera se convierte en fotógrafo en la instancia que capture una imagen. Entonces, nos encontramos ante varias clases dentro de la misma especie.

Se los puede encontrar en todo lugar y tiempo. Lugar en su sentido más amplio. Desde la cima de una montaña, hasta el fondo del océano. La noción de tiempo también en su sentido más amplio, pareciera que ellos no descansan. Su sitio preferido es la ciudad, al menos, allí es donde se encuentra la mayor concentración de especímenes.

El único elemento que nos da la posibilidad de detectar a un fotógrafo es, sin duda, la cámara fotográfica. No importa que de qué tipo o modelo sea. Suelen llevarla colgando del cuello, sostenida por una correa gruesa. También, hay quienes la llevan en bolsos. Uno sabe que lleva este artefacto por la forma exterior o por la marca del elemento para transportarlo. Hay fotógrafos, muy astutos, que ocultan por diversos motivos (hurtos, por mantenerse incógnito, etc.) su elemento distintivo.

Se suele decir que el espécimen se caracteriza por tener aspecto y actitudes de loco. Su ropaje característico, siempre sucio, es un chaleco con bolsillos confundible con los de un cazador de fieras. De todas formas, el ropaje no importa ya que éstos varían por múltiples razones, entre ellas: a qué grupo pertenezcan, el día y la circunstancia en la que se encuentren. Y el tema de la locura es un tema aparte.

Las clases más comunes son: los fotógrafos de profesión, los estudiantes de fotografía, los fotógrafos turísticos, los fotógrafos periodísticos, los fotógrafos familiares, y el mayor porcentaje lo conforman los fotógrafos eventuales. Como se ve, son tantas las clases que compararlos y clasificarlos, para luego analizarlos y explicarlos implicaría hacer varios volúmenes enciclopédicos. Puede que yo lo realice en otra oportunidad.

Retomando, no es raro encontrar grandes cardúmenes de fotógrafos en centros turísticos. Su locomoción es variada. En grandes ciudades, suelen ir en colectivos sin techo, para tener mayor cantidad de ángulos, algunos prefieren ir a pie y en fila (de ser grandes grupos) por lo general, con un guía que les dice qué deben fotografiar. También están lo rezagados, y los que prefieren estar solos. Se los puede ver en acción no solo en la vía pública, sino también en estudios cerrados. En estos últimos, suelen tener ayudantes que nada tienen que ver con la especie. Se los ve en casamientos, fiestas y boliches. Se los ve en plazas, museos y teatros. Se los ve en la ciudad y en áreas rurales. Así como también en lugares paradisiacos y remotos. Como antes mencioné, no hay un espacio determinado donde encontrarlos. Están en todos lados. Se los ubica, además, en todas las esferas que atraviesan la humanidad.

Es difícil determinar el modo de reproducción, pero se detectó un crecimiento progresivo de la especie. El aumento ha sido tan abrupto que son considerados plaga en ciertos puntos del planeta tierra. Hay ciudades, en las que se vuelve imposible transitar por la cantidad de fotógrafos. Se han puesto trabas para que no tengan acceso ilimitado, incluso debieron ser prohibidos en algunos sitios por el efecto corrosivo de su actividad, cual si fuesen langostas. Quiero destacar que hay seres humanos, que reaccionan mal ante la presencia de estos animales. Pueden ser confundidos con pirañas si se los ve esperando la salida de un famoso en algún evento. Es bastante violenta la descripción de esta situación, por ello lo dejo de lado. Hay algunos, que mantienen su instinto un poco más guardado y se manifiestan solo puertas adentro, o entre su grupo de vida. Esta última forma de expresión es la que reina en la actualidad.

Hoy en día, hay fotógrafos presentes en toda situación. Comparables con mosquitos, no hay repelente que sea lo eficaz como para espantarlos. De todas formas, no son una especie que perjudique la salud o el bienestar social. Al contrario, es una especie que con su actividad alimenta la creatividad de si mismo, con esto su alma. Aparte, depende del uso que le den (ya que hay algunos que son malignos para con seres humanos) a lo que hayan capturado; que puede llegar ser, junto con su actividad, un gran aporte a la cultura.

Marina Tschiffely

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