martes, 27 de abril de 2010

Mi Foto

Por: Soledad Salazar

Alguien podría decir que mi foto está mal tomada, que el encuadre es malísimo o que tiene demasiado brillo. Yo les puedo decir que mi foto encuadra las cosas que más quiero. Y que el brillo, provocado por un sol radiante, refleja un momento de felicidad.

Estamos en el parque Rivadavia, el de antes. A lo lejos se ven mujeres y hombres sentados. Perros con correas paseando a sus dueños. Nosotros cinco estamos sentados alrededor de una de las viejas mesitas verdes que antes había en ese parque. Mi mamá, casi fuera de foco, lee una revista de souvenirs. Por esa época se le daba muy bien hacer ella misma las fiestas de cumpleaños, al estilo de Marta Ballina, con tortas súper producidas. Yo estoy sentada en el regazo de mi hermano mayor, a quien hoy no se le notan los doce años que pasaron. Mi pelo está bastante más rubio que ahora, pero con los mismos rulos. También tengo varios centímetros menos en la foto. Es del año 1997, cuando tenía siete años.

Aparezco sonriendo y sacándole la lengua a la cámara. Aunque probablemente le estuviera sacando la lengua a mi papá, quien estaba detrás de la lente. Debajo de mí y completamente fuera de foco, está la cabeza de mi segundo hermano mayor. Le daba la espalda a la cámara porque estaba a sentado en las piernas de mi papá. Imagino, por el papel que sobresale de la mesa, que estábamos comiendo facturas.

Como ya les dije, la foto tiene sus muchas imperfecciones técnicas. La tengo en un portarretratos en la pared de mi cuarto (que casualmente es el living de mi casa) y nadie entiende por qué la puse ahí, o por qué no elegí una foto “mejor”. Yo les explico que la elegí por su espontaneidad, por que nos representa y por que cada día me recuerda que se puede ser feliz, como en la foto. Una instantánea de la felicidad.

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