sábado, 25 de septiembre de 2010

El mate

El mate cumple un gran lugar en mi vida, como para la gran mayoría de los argentinos. Me acompaña todos los días, lee conmigo, estudia y hasta algunas veces, lleva al máximo sus condiciones, y soporta la yerba lavada solo para darme el gusto de tomar algunos más.

Lo prefiero amargo por que según los hombres apasionados a la Yerba mate, aquel descanso se debe tomar así, por que de esa manera lo toman los hombres.

Crea situaciones irrepetibles, por ejemplo en este caso, me hace recordar un pequeño viaje con mis amigos, una escapada dentro de la Provincia de Buenos Aires, al delta del Paraná. Ahí pasamos unos días, descansando y aprovechando del buen clima.

Estábamos sentados junto al río, observando los catamaranes, lanchas y alguna que otra canoa que pasaba, y que nosotros saludábamos esperando su respuesta.

La foto es del último día de aquella semana, el clima no era del todo bueno, eran aproximadamente las nueve de la mañana y estábamos comenzando a desayunar con mis amigos.

Representa la tranquilidad que buscábamos todos esos días, el silencio de estar entre montones de arboles, pero a la vez, acorralados por un inmenso y sonoro río, además, claro de tener la grata compañía del mate.

Ignacio A. Tedeschi

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