La especie que se pretende describir encierra muchos más misterios que lo que se cree. De entre todos los felinos es uno de los más interesantes para el análisis. Cada uno de los integrantes presenta numerosas diferencias con los de su manada: desde el tipo y color de piel, hasta la forma del pelo o el tipo de gruñido.
Los vendedores de ropa permanecen alerta, al igual que los tigres o los gatos, la mayor parte del tiempo. Constan de un oído tan agudo que les permite detectar velozmente cuando la presa se acerca a su perímetro, y están siempre preparados para iniciar el ataque. Suelen ser comparados con los guepardos por la velocidad de que constan al momento de la cacería.
Los vendedores de ropa, al igual que todos los felinos, y hasta el resto de los animales, dedican una parte de su tiempo para alimentarse, actividad que se realiza de manera sumamente veloz, a pesar de las quejas por su corta duración, y otra porción de tiempo para la reproducción. El apareamiento siempre comienza entre miembros de la misma especie y, generalmente, la incorporación de alguno nuevo a la manada llama la atención de los más antiguos.
Es preciso no confundir a los vendedores de ropa con otro tipo de vendedores, sea de tuercas, de libros o de cajas. Los primeros constan de una velocidad en la captura de la víctima de la que los otros carecen.
Ahora bien, se debe hacer una clasificación dentro de la especie. De esta manera encontraremos aquellos vendedores de ropa invasivos, que harán todo lo posible y lo que esté a su alcance por no dejar escapar a la víctima, y esos otros que intentarán, mediante un grado de confianza depositada, que la presa caiga en sus riendas casi sin dar cuenta de ello. De cualquier manera, la mayoría de los miembros de esta especie, salvo casos especiales relacionados con disconformidad de pertenencia a la manada, se caracterizan por intentar mostrarse amables frente a la víctima, para, así, mediante los diferentes métodos de persuasión y captura apoderarse del botín.
Los vendedores de ropa se desplazan casi sigilosamente, de manera tal de no llamar la atención del sujeto en cuestión. A paso lento y silencioso se acercan a la presa para lograr su captura.
La reproducción de la especie se puede dar entre miembros de la misma o de otra, sin presentar dificultades. Con pequeñas ayudas a la hora de alimentarse o cediendo a la presa, el macho va ganando la confianza y el interés por parte de la hembra. La reproducción es, por otro lado, masiva, de modo tal que la circulación y comercialización de vendedores de ropa se dá de manera frecuente y casi habitual.
Es preciso dar aviso entonces. No se asombre si en unos años se encuentra con una invasión de vendedores de ropa por toda la ciudad. Mientras tanto, a relajarse y seguir con el día a día.
Dolores Díaz de Maura
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